Adherirse al mundo objetivo es adherirse al ciclo del vivir y el morir,
que es como las olas que se levantan en el mar; a esto se llama: esta
orilla... Al desprendernos del mundo objetivo, no hay ni muerte ni vida y
es como el agua corriendo incesante; a esto se llama: la otra orilla.
( Hui-neng, patriarca chino del siglo VII)
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